Para que las energías limpias sustituyan por completo a las fósiles, falta mucho, sin embargo, las energías renovables constituyen hoy el primer objetivo para una transición energética racional, responder al cambio climático y dar paso a un modelo de desarrollo sostenible, reduciendo la contaminación en la medida de lo posible
Las energías renovables son recursos limpios e inagotables que proporciona la naturaleza, no producen emisiones de CO2 y otros gases contaminantes a la atmósfera, por lo que disminuyen el efecto invernadero. Además, por su carácter autóctono contribuyen a disminuir la dependencia de los países de los suministros externos, reduciendo el riesgo de un abastecimiento poco diversificado y favoreciendo el desarrollo de nuevas tecnologías y de la creación de empleo.
Destacan 6 principales fuentes de energía renovable:
1. Energía solar
La más conocida de las energías renovables, junto con la eólica, debido a su mayor visibilidad. Se aprovecha en instalaciones domésticas y grandes centrales para producir electricidad y calor.
Hay tres tipos principales de energía solar:
La energía solar fotovoltaica que convierte la energía del Sol en electricidad, la energía solar térmica que la convierte en calor y la energía termo solar o solar termoeléctrica. Cada uno de estos tipos tiene aplicaciones muy diferenciadas, desde el calentamiento del agua para la energía solar térmica hasta el consumo de electricidad en edificios para la energía solar fotovoltaica.
2. Energía Eólica
Se obtiene a partir de la fuerza del viento y se transforma en electricidad mediante turbinas de viento, que se disponen en los parques eólicos. El viento hace girar las turbinas que están conectadas a un generador que produce electricidad
3. Energía Hidráulica o Hidroeléctrica
Aprovecha los saltos de agua para producir electricidad. Para su aprovechamiento, se suelen construir presas artificiales o aprovechar accidentes geográficos naturales.
4. Energías del mar
Esta energía engloba el aprovechamiento energético de los mares y océanos. De las principales formas de obtención de la energía, podemos destacar la undimotriz, que proviene de las olas o maremotriz que aprovecha el movimiento que se produce en el agua debido a la bajamar y a la pleamar (mareas) para generar electricidad. Aunque estas son las más conocidas existen más tipos de energía procedentes del mar como son: energía maremotérmica, que aprovecha la diferencia térmica existente en el agua, la energía de potencia osmótica, que se obtiene de la diferencia de concentración de sal y la energía de corrientes marinas, que se aprovecha de las corrientes de agua.
5. Energía Geotérmica
Aprovecha el calor interno de la Tierra para generar calor y/o electricidad dependiendo del tipo de instalación. La geotermia se puede aprovechar en grandes instalaciones, capaces de producir varios megavatios (MG). Aunque es de las menos conocidas, tradicionalmente ha sido utilizada desde los tiempos de los romanos con el aprovechamiento de las fuentes termales naturales.
6. Bioenergía
La bioenergía es un tipo de energía renovable procedente del aprovechamiento de la materia orgánica, de residuos de plantas, personas o animales. Dependiendo del origen de la bioenergía existen varios tipos, como el biogás, procedente del tratamiento de residuos orgánicos animales o la biomasa que se obtiene del procesamiento de materia orgánica, mayoritariamente agrícola o forestal. El biodiesel o los biocarburantes se consiguen después de procesar aceites vegetales o grasas animales.
En resumen, podemos decir que aunque cualquier fuente de energía causa un impacto en el medio ambiente, estas energías cuentan con grandes ventajas como son la no producción de gases contaminantes, (o mínimos comparados con la contaminación ocasionada por los combustibles fósiles (carbón, petróleo…) así como las falta de residuos de difícil tratamiento y son inagotables. Además se evita la dependencia energética exterior (España es líder mundial en la fabricación de paneles solares y molinos eólicos) y crean cinco veces más puestos de trabajo que las convencionales: fabricación, instalación, mantenimiento y comercialización.
A pesar de que también tienen inconvenientes: no siempre producen la misma energía, es decir, sufren altibajos, en función del tiempo meteorológico (sol, lluvia, viento...)y los proyectos y la construcción de nuevas plantas de energía renovable conllevan un gran coste económico, las ventajas pesan mucho más, además hay que tener en cuenta que son energías en pleno desarrollo cuya tendencia es a ir mejorando sus procesos y cada vez ser más eficaces.