La luz es esencial para el ser humano, tanto por salud física como mental. Además, precisamos del aire como algo esencial para vivir y respirar. Por eso, desde el origen de los tiempos ya existían ventanas, las primeras se puede decir que eran “ventanas naturales”, es decir, no eran más que huecos o agujeros grandes en las paredes de las cuevas, con el fin de dejar entrar la luz y el aire en el habitáculo, que podían ser tapadas con madera o haces de paja en las que vivían las primeras civilizaciones.
Con el paso de los años, se pasó de buscarlas de forma natural a fabricarlas, apareciendo como elemento arquitectónico. Se diseñaban rompiendo la piedra, y se comienza a buscar una buena orientación de la apertura para mejorar la hospitalidad del hogar.
No fue hasta la Edad de Bronce, aproximadamente 4.000 a.C., cuando comenzaron a cubrirse estos orificios. Fue entonces cuando empezó a desarrollarse otra función fundamental que hoy día se le da a la ventana, el aislamiento. En esta época usaban pieles de animales estiradas para taparlas. El hecho de estirarlas era para que la traslucidez fuese mayor y la ventana siguiese teniendo su función de iluminación de interiores.
El vidrio se crea en la época de los fenicios, sin embargo, son los romanos los primeros en usar el vidrio en las ventanas, principalmente en las iglesias y lo hacían con tiras de plomo que actuaban como sujeción a esos vidrios de pequeño tamaño.
Tras la llegada de los romanos a la península ibérica, comienza la explotación de los primeros yacimientos, se empieza a construir ventanas con una piedra mineral conocida actualmente como espejillo, el lapis specularis, un yeso traslúcido que era extraído de las minas de Segóbriga (Cuenca). Se acoplan en armazones, principalmente de madera, aunque también se fabricaron de cerámica, que permitían ensamblar varias planchas con el fin de cubrir la superficie en función del tamaño de la ventana
En el siglo XVII cuando se crea el bastidor de madera para sujetar el vidrio , según avanzaron los años se iban consiguiendo menores espesores de vidrio y mayor eficiencia en su fabricación, el vidrio se fue introduciendo más y más en la fabricación de ventanas, consiguiendo mayores dimensiones y reduciendo costes.
Desde el siglo XIX las ventanas, a la par que el vidrio, han tenido una gran evolución, consiguiendo un gran aislamiento y durabilidad. En la medida que los sistemas de producción de vidrio van evolucionando se logra, en 1840, colocar vidrio plano, de mayor dimensión y más económico.
En el año 1959 se inventa el sistema de Flotado que consigue vidrios de gran dimensión, espesores uniformes y mayor calidad.
En la actualidad, las ventanas están compuestas por una placa de vidrio sostenida por un marco, que habitualmente suelen ser de madera, aluminio y PVC. Este último es ampliamente utilizado como una barrera adicional contra el ruido y las temperaturas muy frías y/o muy cálidas. .