El cierre de una terraza posibilita la creación de un nuevo espacio en nuestro hogar, así como el disfrute de éste todos los días del año, sin importar si llueve, hace frío o nieva. En muchos casos el uso que le damos es mínimo y será de más utilidad si se integra en el hogar.
El primer paso para el cierre de una terraza es contar con la aprobación por unanimidad de la comunidad de vecinos. La Ley de Propiedad Horizontal, en su artículo 7, recoge todos los aspectos relacionados con la modificación de la fachada del inmueble e indica que debe haber unanimidad para modificarse en algo el aspecto originario del edificio. Una vez hayas obtenido el permiso de la Comunidad de propietarios, deberás solicitar el permiso de obras municipal (este último también es necesario para las viviendas unifamiliares).
Como alternativa y en caso de no conseguir los permisos necesarios, existen cerramientos móviles o desmontables para los que no son necesarios dichos permisos, siempre y cuando no suponga la construcción de una estructura autónoma y habitable que se traduzca en un incremento de la superficie de la vivienda.
Una vez conseguido todos los permisos, es de vital importancia usar materiales de calidad, como los perfiles de PVC con altas prestaciones aislantes, combinados con doble vidrio con cámara de aire; se recomienda vidrios de baja emisividad o control solar, según la orientación de la terraza y el uso que se le va a dar. .De esta manera crearemos una barrera térmica y acústica. Por lo contrario una terraza mal cerrada o con materiales de baja calidad solo provocará problemas de humedad, condensación o pérdidas de energía.
Otros aspectos a tener en cuenta serán:
El diseño: se puede hacer todo fijo o una combinación de diferentes puertas y ventanas.
La estructura: normalmente suele estar hecha de PVC o aluminio, por la resistencia que ofrecen. Además, de entre ellas cabe destacar la capacidad aislante del PVC.
Los cerramientos modernos de PVC presentan estructuras muy versátiles, fácilmente adaptables a diferentes tipos de fachada para facilitar su apertura y con ello la ventilación y la limpieza. Al ser un material relativamente ligero se puede emplear también en grandes ventanales, lo que permite la creación de espacios diáfanos que harán que tu casa gane mucho en luminosidad y en confort
Tipo de apertura: es frecuente colocar ventanas correderas, ya que ocupan menos. Otra buena opción son las puertas o ventanas plegables, que permitirán tener una terraza abierta o cerrada a nuestro antojo.
El techo: puede ser de cemento o de panel tipo sándwich formado por doble chapa con intermedio de panel de alta densidad y reforzados con materiales aislantes. Pero si queremos que sea transparente se suele usar vidrio o policarbonato
Por último y como alternativa, en caso de no conseguir los permisos necesarios, existen cerramientos móviles o desmontables (pérgolas, toldos...) para los que, dichos permisos, no son necesarios, siempre y cuando no suponga la construcción de una estructura autónoma y habitable que no suponga un incremento de la superficie de la vivienda. Sin embargo, siempre es aconsejable tener el permiso de la comunidad de vecinos que te puede obligar a seguir un determinado criterio estético en la elección de colores y formas.